Los grandes edificios, las luces, los escaparates navideños, el aroma a chocolate caliente y los villancicos en cada rincón de Nueva York, me hicieron cuestionar más de una vez durante mi viaje si aquello era real o un sueño del que pronto iba a despertar.
Caminar y perderme por sus calles fue como ser parte de todas esas escenas de películas que he visto cientos de veces. Pero más allá de su magia cinematográfica, Nueva York me sorprendió por su biodiversidad que formar un mosaico de culturas que conviven en cada uno de sus barrios, creando una realidad más fascinante que cualquier ficción. Pero, ¿Dónde comenzó a tejerse el entramado de culturas que hoy conforman esa Ciudad?
El Origen de la Gran Manzana
Este territorio originalmente fue el hogar de la tribu indígena de los lenape. Ellos eran cazadores-recolectores y pescadores, y tenían un profundo conocimiento de su entorno natural.
En 1609, el inglés Henry Hudson redescubrió el puerto y reclamó el territorio para quien trabajaba, la Compañía Holandesa de las Indias Orientales y eventualmente daría el nombre al río más importantes de esta región, el río Hudson. Según la leyenda, en 1626 un grupo de holandeses llegaron a la isla de Manhattan, y compraron el territorio a los indígenas por 25 dólares y la nombraron la Nueva Amsterdam. La colonia se especializó en el comercio de pieles con los indios.
A mediados del siglo XVII, Holanda e Inglaterra que estaban en guerra en Europa, trasladaron la contienda a esa zona de América y en 1674 con el tratado de Westminster, la isla de Manhattan pasó a manos de los ingleses, quienes la rebautizaron con el nombre de Nueva York, en honor al duque de York. A medida que la Ciudad crecía en población y se consolidaba como un importante centro comercial, la presión sobre el espacio urbano aumento. Hasta ese momento, solo era habitado el Bajo Manhattan, que era un laberinto de calles que databan de la época de los primeros habitantes holandeses, el resto de la isla era aún mosaico de granjas, prados y pantanos.
La cuadrícula que definió a Nueva York
Derivado de lo anterior, a finales del siglo XVIII se comenzaron a sondear planes para el crecimiento hacia la parte norte de la isla. Las cuadrículas urbanas o planes hipodámicos ya eran ampliamente conocidas. De hecho la Land Ordinance de 1785, había establecido está organización de ciudad en todo el país.
Así, en 1797 se contrato a los topografos Joseph Francois Mangin y Casimir Goerck para cartografiar el norte de la isla, además de eso Mangin presentó una propuesta de cuadriculado, donde incluyó parques y espacios públicos. Durante los siguientes cuatro años su propuesta fue el plan maestro para el crecimiento de la Ciudad, posteriormente fue cancelado.
En 1807 se nombró una Comisión para elaborar un plan maestro de crecimiento y se indicó que las calles debían tener al menos 15 metros de ancho, las principales 18 metros y las grandes avenidas 30.5 metros de ancho. Este plan incluyo las fases previas de urbanización: el antiguo trazado colonial, el Plan de Magin-Goerck y finalmente el Plan de los Comisionados en 1811.
En plan incluía 12 grandes avenidas a lo largo de la isla (de la 1 a la 12) más 4 avenidas adicionales en la parte ancha de la isla, y calles transversales inclinadas 29 grados al este del norte verdadero (de la 1a a la 155), formando aproximadamente dos mil manzanas. Aún no se contemplaba el Central Park pero si algunos parques dispersos. Fueron casi 60 años lo que tardaron en implementar la retícula hasta la calle 155.
Con algunas modificaciones, especialmente en los espacios públicos, el Manhattan Square (Theodore Roosevelt Park) es el parque que se mantuvo desde la idea original. En 1853 se lanzó un concurso para el diseño de un gran parque que modificara el plan original, el cual fue ganado por los arquitectos y paisajistas Frederick Law Olmsted y Carlvert Vaux. En 1876 fue inaugurado Central Park. Después de la calle 155, en 1868 se continuó con un plan para la última parte de la isla, igualmente en retícula pero con una inclinación diferente, teniendo en cuenta la topografía.
Este es un breve vistazo a la fascinante historia de la fundación de Nueva York. En futuras publicaciones, explorare en mayor profundidad otros eventos clave y los desafíos que dieron forma a esta icónica ciudad
